La espinaca que consumimos comúnmente en nuestras ensaladas o diversos platos, es el fruto de una planta del mismo nombre, y denominada científicamente como Solanum Melongena.
Es un vegetal comestible similar a una baya que puede medir entre 5 y 30 cm de longitud, tiene una forma oblonga, cilíndrica y alargada. Está cubierta por una piel brillante y lisa que puede variar en color según la variedad. Su origen se sitúa en Oriente, específicamente en el noreste de la India, en China y en Birmania.
Entre sus principales beneficios están el aporte de antioxidantes y proteger el hígado, además, su contenido de fibra la hace excelente para eliminar el colesterol, y contribuye a la digestión. Aporta cantidades importantes de potasio, lo que la convierte en un excelente diurético, pues reduce la presión arterial y elimina líquidos. Como contiene pocos carbohidratos, es excelente para controlar el azúcar.